Free Spanish Tract - ¿Cómo puedo estar bien con Dios?

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Tract titles in English:

  • How Can a Man Be Right With God

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Full Text Of Tract: ¿Cómo puedo estar bien con Dios?

A primera vista, la pura pregunta le parecerá absurda a muchos. Después de todo, ¿No es que Dios simplemente perdona y acepta a todos? ¿No están todos ya bien con Dios? Pero el hecho es que todas las religiones, de una manera u otra, están tratando de dar respuesta a la pregunta del cómo una persona puede estar bien con Dios. Los Católicos Romanos van a misa, los musulmanes van a la Meca, y los seguidores de otras religiones realizan rituales y tratan de obedecer varias reglas y reglamentos intentando llegar a estar bien con Dios. ¿Por qué multitudes de gente harían tales cosas sino porque saben que no están bien con Dios, sino que son culpables ante Él? El hecho de que muchos se están esforzando en hacer las paces con Dios demuestra que todavía no tienen paz con Dios, así que tratan de aquietar sus consciencias atormentadas tratando de ganarse Su perdón y favor con sus cumplimientos religiosos.

La actitud de la mayoría de las personas que no son religiosas es “¿Cómo es posible que Dios no perdone a todos? Pero la verdadera pregunta es: ¿Cómo puede Dios ser justo y perdonar a alguno? Piense en esto por un momento. Si un juez dejara en libertad a un violador o a un asesino de niños después de pagar un mínimo de multa, ¿pensaría usted que ese juez es cariñoso y bueno, o corrupto y malvado? ¿Qué pensaría usted de un juez como ese? De la misma manera, si Dios simplemente “se haría de la vista gorda” al pecado y rehusara castigar a alguien, entonces Dios mismo sería corrupto y malvado. Pero Dios ama lo que es correcto, así que tiene que actuar con justicia. Dios es bueno, por lo tanto, Él tiene que castigar al culpable.

Y porque el amor de Dios y su bondad son infinitas, el odia infinitamente todas las maldades y todo lo perverso. Dios tendrá su día en la corte, y no solo castigará a los asesinos y los violadores, sino que castigará todo pecado dondequiera que se encuentre.

Esto es un problema terrible para nosotros “por cuanto todos hemos pecado, y estamos destituidos de la gloria de Dios”. (Romanos 3:23) “No hay justo, ni aun uno.” (Romanos 3:10). Usted podrá decir “Si, admito que he pecado, ¡pero no soy tan malo como Stalin o Hitler!” Claro, todos siempre podremos encontrar a alguien peor que nosotros para compararnos, pero en el día del juicio final, no se nos juzgará comparándonos con otros, sino seremos comparados al estándar perfecto de la rectitud de Dios. “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.” (Romanos 14:12) Para poder ser lo suficientemente bueno para entrar al cielo, tendrá que ser moralmente perfecto en cada momento de su vida. “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todo.” (Santiago 2:10) Dios es tan santo y recto que aun un pecado es suficiente para hacernos culpables ante Él, ¡y todos hemos pecado mucho más que una vez! En el día del juicio, “Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres” (Romanos 2:16) Y “Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.” (Lucas 12:2) Cada pensamiento malo que hemos tenido y cada hecho maligno que hemos realizado se darán a conocer a todos. Dios dijo: “Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Hebreos 10:30-31)

Todas las grandes religiones del mundo, excepto una, intentan reconciliar a los hombres con Dios por medio de algún tipo de obra. En estas religiones un pecador culpable intentará ganarse el perdón y pacificar la santa ira de un Dios infinito llevando a cabo ciertos tipos de rituales o de acciones. Pero la Biblia dice: “porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de él” (Romanos 3:20) La distancia entre un finito pecador y el infinito Santo Dios es tan grande que ninguna cantidad de buenas obras, o de “dar la vuelta y comenzar de nuevo”, y ninguna cantidad de actividad religiosa, pueden hacer que una persona esté bien con Dios. Cualquiera que trate de ganarse el derecho al cielo a través de realizar buenas obras está bajo la maldición y condenación de Dios. “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” (Gálatas 3:10)

La respuesta se encuentra en el Hijo de Dios, Jesucristo, quien le ofrece a la humanidad una esperanza viva. Sin comienzo y sin final, Jesucristo “es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porqué en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” (Colosenses 1:15-16) Isaías 9:6 hasta le llama ¡Dios fuerte! En un cierto momento, el “Dios Fuerte” decidió convertirse en hombre para reconciliarnos con nuestro Creador. Jesús vivió una vida perfecta y sin pecado, y en un acto de amor infinito Él sufrió y murió en la cruz como un substituto voluntario, pagando la penalidad a favor de aquellos que habían pecado y se habían rebelado contra Él. “Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8) Después de sufrir en la cruz Jesús gritó, “Consumado es.” (San Juan 19:30)

Tres días después Jesús se levantó otra vez a la vida, comprobando que Él había satisfecho completamente la ira de Dios a favor de todos aquellos que abandonan cualquier esperanza de tratar de salvarse a sí mismos, y en vez confían únicamente en Él, para que los rescate de la ira de Dios. Aquellos que confían en Jesús, ya no tienen que esforzarse en apaciguar a Dios con sus propias obras, ¡porqué Jesús ya ha apaciguado a Dios al ponerse Él en su lugar! “Justificados pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 5:1)
Estimado lector, ¡usted puede estar bien con Dios a través de la muerte de Jesucristo! “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios”. (1 San Pedro 3:18) ¿Qué está esperando? ¡No juegue con su salvación eterna! “Su vida es una neblina.” (Santiago 4:14) y usted no tiene manera de saber cuál segundo va a ser su último. “Busquen al Señor mientras pueda ser hallado; llámenlo mientras se encuentre cerca. ¡Que dejen los impíos su camino, y los malvados sus malos pensamientos! ¡Que se vuelvan al Señor, nuestro Dios, y él tendrá misericordia de ellos, pues él sabe perdonar con generosidad!” (Isaías 55:6-7)

A Dios no le es placentero que el malvado muera, más bien, quiere que se aparte de su maldad y que viva. (Ezequiel 18:23). Usted tiene una invitación personal del mismo Señor Jesucristo: “Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma”. (San Mateo 11:28-29)